Muy a menudo, cuando decidimos construir una casa nueva o reformar una ya existente, lo que más nos interesa son los acabados interiores y dejamos de lado o consideramos en último lugar los espacios exteriores, pero en realidad son la verdadera carta de presentación, ya que son el marco de nuestra vivienda. La elección del tipo de suelo adecuado tiene que ver con la funcionalidad, el desgaste y el mantenimiento. Son muchas las preguntas que le hacemos al cliente y a las que tenemos que dar una respuesta precisa y cuidadosa, porque en el exterior, debido a las condiciones climáticas adversas (hielo, lluvia, sol intenso), el pisoteo continuo o el paso de coches, furgonetas o camiones, las baldosas deben tener unas características y certificaciones específicas. Al igual que a la hora de elegir los muebles, los suelos de exterior son de diferentes tipos y diseños, pero lo que recomendamos es la compra de suelos de alta calidad.
4 puntos son el núcleo de esto
LA DUREZA DE LAS BALDOSAS
Las baldosas que cubren una superficie exterior deben ser duras y densas, si son demasiado blandas podrían romperse o astillarse fácilmente por el uso diario o por la caída accidental de cualquier objeto.
LA DURABILIDAD DE LAS BALDOSAS
Las baldosas deben responder bien a las variaciones climáticas, deben ser capaces de soportar el sol intenso, la lluvia, la nieve y, a veces, condiciones de humedad excesiva.
LA POROSIDAD DE LAS BALDOSAS
Las baldosas no deben ser demasiado porosas, ya que las que lo son absorben las manchas, el polvo, la suciedad y el agua, y si ésta se congela por la noche y se descongela durante el día, este proceso puede hacer que, con el tiempo, las baldosas se agrieten o se desprendan.
Signature
Cuando las Baldosas de exterior se mojan como consecuencia de la lluvia o de la simple limpieza diaria, se vuelven muy resbaladizas, por lo que recomendamos que tengan al menos una superficie ligeramente abrasiva