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Cáceres y Mérida - Qué ver. Itinerario de viaje.

En Cáceres por la noche tiene mucho ambiente, pero desde luego visitar la ciudad de día es otra cosa. Volvemos a la plaza de Santa María y pasamos bajo el arco de la estrella para redescubrir de nuevo la parte alta de la ciudad. La iglesia de Santa María y la Concatedral con el palacio arzobispal constituyen la primera parada de nuestro breve recorrido.


Después, nos detenemos brevemente para visitar el patio del poco impresionante palacio de Carvajal y continuamos hasta la plaza de San Jorge y la plaza de San Mateo, donde visitamos la iglesia de San Francisco Javier. Por el camino, también pasamos junto a una serie de figurantes vestidos con ropajes medievales que ilustran la historia de la ciudad de una forma muy divertida. Hablando de la historia de la ciudad, en lo que se refiere a la medieval, a decir verdad, estuve demasiado poco atento y enseguida quité las anécdotas narradas. Por otro lado, al visitar el patio de un hermoso edificio que alberga un cuartel del ejército español, me enteré de que "El Caudillo" Francisco Franco estableció aquí su cuartel general antes de llegar a Madrid. También aquí, entre otras cosas, se formó la Legión Irlandesa perteneciente al 'tercio' y se reunieron las fuerzas falangistas y legitimistas frente a las subversivas y republicanas.


Y, en efecto, por primera vez en España, pude ver por casualidad fotografías de época que representaban a Franco en el interior de un edificio público, así como oír a un camarero -en este caso, camarera- hablar del propio Franco por la calle. Por desgracia, España sigue traumatizada por el franquismo y nunca habla con la serenidad debida. De hecho, la situación ha empeorado por culpa de gente como Zapatero que, lejos de querer la pacificación nacional y emular a los terroristas republicanos que incendiaban iglesias en los años 30, ha abordado el problema simplemente eliminándolo, es decir, derribando estatuas y símbolos del franquismo, así como introduciendo planes de estudio escolares cuando menos sectarios. En resumen, Zapatero -en términos culturales- era peor que Isis. Dicho esto, y a pesar del calor, Laura y yo salimos del centro histórico y nos dirigimos a la iglesia de Santiago (¡aridaje!), que sin embargo no divisamos y confundimos con otra muy bella e imponente.